Taylor: Principios Fundamentales

Antes de entrar en el tema Administración, hagamos un poco de historia sobre cómo surge esta nueva teoría.

 

Como consecuencia de la Revolución Industrial, durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX fueron surgiendo las nuevas teorías de la Administración moderna. La primera escuela clásica que se reconoce es la Escuela de la Administración Científica.

Su fundador es Frederick Winslow Taylor (1856-1915)quién trabajó toda su vida en plantas industriales y su visión de la disciplina estuvo orientada hacia la administración de la planta, los obreros, sus herramientas y maquinarias. El deseo de Taylor era liberar al trabajador de los terribles esfuerzos físicos que hacía, por eso, fue un permanente estudioso de nuevos métodos que mejoraran la calidad de vida del trabajador y a su vez aumentaran la productividad del trabajo. Centró sus estudios en la relación hombre-máquina-producción. Trató de lograr el mayor rendimiento del hombre adaptado a funcionar en un proceso productivo con un nivel de eficiencia semejante al de una máquina. Fue muy discutido a causa de la resistencia que despertaba la interpretación mecanicista de sus principios, ya que es innegable su aporte a la ingeniería industrial, pero dejó de lado los problemas globales de la empresa, ya que no tenía una visión integradora de la organización con sus recursos humanos y sus recursos naturales. 

Él mismo en su vejez, reconoció que "es horrendo vivir sin poder mirar de frente a un trabajador, para no ver su hostilidad". También afirmó que "la energía, la perseverancia, el juicio, son factores preponderantes del éxito en la industria, ahora bien, esas cualidades pueden encontrarse tanto en el obrero como en el profesional diplomado".

 

Frederick Winslow Taylor (1856-1915)

 

 

 

 Tiempos Modernos

 

Dirigida por Charles Spencer Chaplin (1889-1968), es un largometraje que podría definirse como un documento de la época (la depresión), por el retrato que el director hace de la sociedad del momento. Es un espejo de la vida de los años 30 y de la ideología del autor, comprometido con el mundo que le rodeaba.

 

Esta década fue llamada la “Gran Depresión Norteamericana” y, por extensión, mundial,  debido a la terrible crisis que provocó en todos los niveles el "crack" en la Bolsa de Nueva York que se prolongaría hasta entrada la década de los 40.

 

 En 1932 el 25% de la sociedad activa estaba en paro y quebraron numerosas empresas. En general hubo una gran crisis que afectó sobre todo a las capas más bajas de la sociedad (campesinos, obreros y empleados). Las condiciones de vida eran lamentables. Los derechos que habían conseguido los trabajadores en la década anterior se perdieron, lo que desencadenó una grave crisis social. Porque la población perdió la esperanza, las calles estaban llenas de desolación. No había trabajo, y el que tenía la suerte de tenerlo era en condiciones infrahumanas (con grandes sobrecargas y exceso de responsabilidad, sin prevención de riesgos laborales, con jornadas de hasta 16 horas diarias).

 

Chaplin quiso plasmar aquellos acontecimientos en una película. Por el retrato que hace de las penurias de la sociedad capitalista fue tachado de comunista. Pero ésto no es exacto, fue un humanista al que siempre le importó el hombre (como individuo y como género).

 

El film comienza con el vagabundo Charlot, trabajando en una fábrica en condiciones infrahumanas. La realidad es penosa, tanto a nivel físico (trabajo continuo durante horas y poco remunerado), como psicológico (el hombre es tratado como una máquina más en la producción, el trabajo en sí no tiene ningún incentivo, y es tratado de forma vejatoria). Hay en esta parte de la película numerosos gags: a Charlot le pica y al rascarse provoca la distorsión de la cadena. A causa de ese trabajo continuo e inhumano, sufre un ataque de locura y lo envían al manicomio. La película trata con humor la vida lamentable de los obreros en esos años.

 

En los años 30 comienza la emigración a las grandes ciudades de numerosos campesinos que tuvieron que cambiar de oficio para ser meros obreros de una cadena de montaje y fabricación.

 

Taylor (1856-1915) fue uno de los culpables de estas condiciones laborales: fue el ingeniero estadounidense iniciador de la organización científica del trabajo, fue el creador de sistemas tendientes a aumentar el rendimiento de las máquinas (taylorismo). Sus teorías, orientadas al acrecentamiento de la producción, descuidaban no sólo los problemas de la distribución y del consumo, sino también, los fisiológicos del trabajador y encontraron por tanto la oposición de los sindicatos.

 

Taylor introdujo la retribución a destajo (según producción). Esto, según él, conduciría  a la estimulación de trabajador y repercutiría en un aumento del capital para el patrono. Pero se olvidó que el ser humano necesita un trabajo digno tanto físico como psíquico, en el que se valore la imaginación, las actitudes de un ser pensante y no mecánico.

 

 

 

La historia nos demuestra que es a través de la lucha cuando se han conseguido ciertas mejoras para los trabajadores:

 

1º lo que más estimula al trabajador es la valoración de su trabajo,

 

2º el descanso es necesario para un mayor rendimiento,

 

3º el trabajo en grupo mejora el rendimiento total, por cuanto el hombre es un ser social por naturaleza,

 

4º es muy importante para el trabajador su "prestigio social",

 

5º se recomienda la creación de lo que se ha llamado "política de relaciones humanas", porque el sentimiento de pertenencia a un grupo es lo que aumenta la autoestima de los trabajadores y el consiguiente aumento de la productividad.

 

 En resumen, la atención hacia los factores psicológicos de los empleados es tan importante o más que los factores físicos, por cuanto un buen ambiente de trabajo es fundamental para la productividad.