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Sexualidad y genitalidad en la adolescencia y en la adultez.

Veamos primero el concepto de la palabra sexo.

  • La palabra “sexo” (desciende del latín: cortar, dividir) originalmente se refería nada más que a la división del género humano en dos grupos: mujer u hombre. Cada individuo pertenece a uno de estos grupos, a uno de los dos sexos. La persona es de sexo femenino o masculino.

  • Concepto de sexo: a nivel puramente biológico, el sexo es un mecanismo mediante el cual los humanos, al igual que cualquier otra especie animal y vegetal, se reproducen.

 

La sexualidad, la reproducción y la maternidad/paternidad, son cosas distintas, que debemos asumir de manera responsable.

Puedes mantener relaciones sexuales a lo largo de toda la vida, pero existe un tiempo determinado para la reproducción, que depende no sólo de una madurez física sino también emocional.

Tener relaciones sexuales no implica necesariamente un embarazo y el nacimiento de un bebé; existen métodos anticonceptivos que permiten mantener relaciones sexuales sin que corras ese riesgo.

Por otro lado, tener un bebé significará que asumas su crianza, con todos los deberes que ello implica, y no siempre se está preparado para asumirla. Por ello, la planificación familiar (lo vamos a ver en el apartado siguiente) ayuda a tener una vida sexual segura, y permite decidir cuándo es el mejor momento para ser padres.

El ser padres a una edad temprana, implica asumir algunas responsabilidades y tomar decisiones que nadie puede tomar por ti.

Seguramente conoces, o te ha tocado de cerca, la experiencia de decidir si quieres ser madre o padre en un momento de tu vida que quizás no sea el adecuado.

 

Muchas preguntas son las que surgen:

  • ¿Cómo llegamos hasta aquí?

  • ¿Qué medidas debimos tomar para evitarlo?

  • ¿Tenemos la suficiente información y la madurez para asumir esta responsabilidad?

  • ¿Estamos preparados para asumir una paternidad/maternidad responsable?

  • ¿Cuál es nuestro proyecto de vida?

 

Estas y otras preguntas son las que nos permitirán problematizar y reflexionar sobre este tema. ¡¡¡Acompáñanos y verás cuánto puedes aprender!!!

 

Decidir sobre el momento adecuado para tener un hijo nos lleva a pensar acerca de nuestros derechos y responsabilidades.

Estos derechos son inherentes a nuestra condición humana, y presentan las siguientes características que es importante que conozcas: 

  • son universales,

  • son irrenunciables,

  • son integrales, interdependientes e indivisibles,

  • son jurídicamente exigibles.

 

La sexualidad humana no se limita a las relaciones sexuales, sino que está ligada a nuestra identidad.

A modo de cierre de esta parte rescatamos estos conceptos de la OMS.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (1975), “la sexualidad sana es la integración de los elementos somáticos, intelectuales, emocionales y sociales del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor”.

La adolescencia es una de las etapas del desarrollo humano más intensas y conflictivas. El ámbito social y el tipo de cultura tienen una gran influencia en los cambios que sufren los adolescentes, como también el pasaje de la niñez a la etapa de las obligaciones adultas (trabajo, sostén de la familia, etc.).

El adolescente experimenta transformaciones que lo llevarán a reestructurar su imagen corporal. Dependiendo del éxito de estos cambios, podrá o no conformar una nueva identidad, y lograr un nuevo estadio en su evolución: la autonomía y la capacidad de intimidad.

Aunque cada persona vive su propia sexualidad de una manera diferente, no puede omitirse la existencia de estereotipos sexuales que, con frecuencia, comprometen la salud mental, familiar y social. Así suele estimularse que los varones adolescentes ejerciten las formas de comportamiento consideradas “masculinas”: ser fuerte y dominante, no mostrar emociones, y se le exige saber todo sobre “sexo”. En cambio, las mujeres adolescentes suelen recibir el mensaje de que la mujer es un ser mas “emocional”, pasivo, que no pueden sentirse “completas” si no se casan y tienen hijos.

Pero es indudable, también, que en la actualidad, por influencia de los mensajes mediáticos, la sexualidad se percibe como un privilegio exclusivo de los jóvenes adultos. Muchos de los mitos propagados afirman que el deseo y el interés sexual disminuyen con el paso de los años. Al contrario de lo que dicen estos mitos, las relaciones sexuales (en muchas oportunidades) mejoran según pasan los años, ya sea porque disminuye la preocupación por el embarazo después de la menopausia, por disponer de más tiempo, por la suma de experiencias de que se dispone después de varios años de una vida sexual activa y gratificante emocionalmente.