Actividad 1

Definiendo literatura...

Pregunta

La literatura implica un uso artístico de la palabra.

¿En qué textos de los siguientes se manifiesta este uso de las palabras?

Respuestas

¡Feliz día del amigo!

Tarjeta que contiene el siguiente mensaje: "Feliz día"

Poema 5

Teosodio García Ruiz

 

Estoy en la playa.

 

La casa junto al río

arruga sus láminas de zinc

en el reverbero deslumbrante

del cristal solar.

Mi hermana lava la ropa

 y canta

y baila

y silba.

 

Mete las manos en el agua

hasta desaparecer

en la boca de un pez.

Generando conciencia. Entre todos podemos!!!

Propaganda que contiene el siguiente mensaje: "Generando consciencia, entre todos, podemos!!! Ayudame/ Ayudate/ Ayudalos"

DESHOJAMIENTO

José Pedroni

La nieve casta su perdón desmiga

sobre la oscura ancianidad del suelo.

Cuando la tierra ya no puede, amiga,

calladamente se deshoja el cielo.

 

Así el espino, y el parral, y el banco,

visten la gracia de este nuevo adorno.

El haz de leña es un osito blanco

y es una choza de esquimal el horno.

 

Fija en la mía tu mirada pura,

pues dan mis ojos a un paisaje interno,

y mira como nieva tu ternura

sobre mi triste corazón de invierno.

 

Ingrid:

        espero que no te hayas enojado mucho. Mientras te hago esta carta lloro porque si te pierdo sufriría tanto y aparte de lo que ya sufro no quiero sufrir más. No me gustó esta mudanza, este cambio de vida. Cuando llegué a Bahía hubiera dado mi vida por ir a Tres Arroyos. Tengo los ojos rojos de tanto llorar. ¡Te quiero muchísimooooooooooo!

Nunca voy a perder la fe en nuestra amistad.

Te quiero mucho y espero que pronto volvamos a encontrarnos.


                                                    Mica

 

El escarabajo de oro

Edgar Allan Poe


¡Hola, hola! ¡Este hombre baila como un loco!
Lo ha picado la tarántula.
(Todo al revés)

Hace muchos años trabé íntima amistad con un caballero llamado William Legrand. Descendía de una antigua familia protestante y en un tiempo había disfrutado de gran fortuna, hasta que una serie de desgracias lo redujeron a la pobreza. Para evitar el bochorno que sigue a tales desastres, abandonó Nueva Orleans, la ciudad de sus abuelos, y se instaló en la isla de Sullivan, cerca de Charleston, en la Carolina del Sur.

Esta isla es muy curiosa. La forma casi por completo la arena del mar y tiene unas tres millas de largo. Su ancho no excede en ningún punto de un cuarto de milla. Se encuentra separada de tierra firme por un arroyo apenas perceptible, que se insinúa en una desolada zona de juncos y limo, residencia favorita de las fojas. Como cabe suponer, la vegetación es escasa o alcanza muy poca altura. No se ven árboles grandes o pequeños. Hacia el extremo occidental, donde se halla el fuerte Moultrie y se alzan algunas miserables construcciones habitadas en verano por los que huyen del polvo y la fiebre de Charleston, puede advertirse la presencia del erizado palmito; pero, a excepción de la punta oeste y una franja de playa blanca y dura en la costa, la isla entera se halla cubierta por una densa maleza de arrayán, planta que tanto aprecian los horticultores de Gran Bretaña. Este arbusto alcanza con frecuencia quince o veinte pies de altura y forma un soto casi impenetrable, a la vez que impregna el aire con su fragancia.

En las más hondas profundidades de este soto, no lejos de la extremidad oriental y más alejada de la isla, Legrand había construido una pequeña choza, en la cual vivía, y fue allí donde, por mera coincidencia, trabé relación con él. Pronto llegamos a intimar, pues la manera de ser de aquel exiliado inspiraba interés y estima. Descubrí que poseía una excelente educación y una inteligencia fuera de lo común, pero que lo dominaba la misantropía y estaba sujeto a lamentables alternativas de entusiasmo y melancolía. Era dueño de muchos libros, aunque raras veces los leía. Sus principales diversiones consistían en la caza y la pesca, o en errar por la playa y los sotos de arrayán buscando conchas o ejemplares entomológicos; su colección de estos últimos hubiera suscitado la envidia de un Swammerdamm.

Retroalimentación