Responsabilidad del estado y participación comunitaria.
Es necesario que el derecho a la salud se construya y se trabaje con y por la población, y que el Estado lo garantice a través de asegurar condiciones dignas de vida y de acceso universal e igualitario a las acciones y servicios de promoción, protección y recuperación de la salud.
Es muy importante que las políticas sanitarias sean claras. Por lo general, cuando las crisis han afectado al país, se produjeron recortes presupuestarios que atravesaron y deterioraron el sistema de salud.
En materia de salud es fundamental la participación del Estado en la definición y sostenimiento de las propuestas necesarias para garantizar la salud de la población. Como ya señalamos, el Derecho a la Salud es un derecho humano que se desprende del Derecho a la vida digna que tiene todo ser humano.
Ante las situaciones de crisis aparecen problemas tales como:
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aumento notable de la demanda, producto del incremento de los índices de pobreza e indigencia, que no fue correspondida con la adopción de las medidas necesarias para hacerle frente,
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reducción de ciertas prácticas básicas como el uso de radiografías, las prácticas de laboratorio, tomografías computadas, estudios radiológicos contrastados, etc.
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escasez de insumos básicos como jeringas, guantes, gasas, etc. Se mencionan casos en los que los familiares han debido proveer de insumos a su exclusiva costa,
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falta de disponibilidad de drogas básicas,
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retrasos o suspensión de cirugías de mediana complejidad,
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cierre de áreas por falta de insumos,
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derivación de pacientes, que usualmente se hubieran tratado en su ámbito, por carencia de insumos o imposibilidad de realizar prácticas de diagnóstico o cirugía,
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disminución de la alimentación brindada a los pacientes internados,
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deterioro de las condiciones de higiene y salubridad,
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problemas en el mantenimiento de las instalaciones hospitalarias y en la reparación y/o renovación de insumos de equipamiento que en consecuencia van quedando en desuso,
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precarización de las condiciones laborales del personal, con insuficiencia de recursos humanos para hacer frente a la demanda.
Para preservar el derecho a la salud es necesario que el Estado desarrolle políticas específicas y sostenidas que brinden soluciones a las situaciones mencionadas.
El derecho a la salud presenta dos perfiles delimitables, el primero, integrado por algunas obligaciones tendientes a evitar que la salud sea dañada, ya sea por la conducta de terceros –ya sea el Estado u otros particulares- o por otros factores controlables -tales como epidemias, prevención de enfermedades evitables a través de campañas de vacunación- (obligaciones positivas). El segundo perfil, está integrado por otras obligaciones tendientes a asegurar la asistencia médica una vez producida la afectación a la salud denominadas habitualmente como “derecho a la atención o asistencia sanitaria”, cuyo contenido implica, entre algunas prestaciones, la complejísima tarea de planificación y previsión de recursos presupuestarios necesarios para llevar a cabo la satisfacción de los requerimientos de salud correspondientes a toda la población.