Trabajo y desempleo

El trabajo está considerado como una necesidad básica del hombre. De acuerdo con ésta necesidad se pueden distinguir en la población tres grupos según sus edades:

a. hasta los 14 años    población pasiva transitoria (PPT)
b. entre los 15 y 64 años      población económicamente activa (PEA)
c. desde los 65 años  población pasiva definitiva (PPD)

La ausencia de puestos de trabajo, hecho que se conoce como desempleo, es hoy uno de los problemas más graves que enfrenta la sociedad mundial, aunque con matices en los diferentes países:

En los países subdesarrollados, este problema es mucho más grave aún por varias razones, entre ellas, por la incapacidad del sistema económico para generar más puestos de trabajo y por el creciente porcentaje de PEA (que demanda más puestos laborales) respecto de la población total.  

En los países desarrollados como Japón, Francia, o Estados Unidos, o con fuerte crecimiento de sus economías como China, el desempleo también es un problema en creciente aumento debido a la mecanización e informatización de las actividades productivas que reemplazan el trabajo humano, y al traslado de las empresas transnacionales (que producen y venden en diferentes países, en los que tienen sedes o filiales) desde los países centrales hacia países periféricos con el objetivo de reducir los costos de producción pues consiguen mano de obra barata; por ejemplo, el costo anual en promedio de un trabajador de la industria manufacturera es cinco veces superior en Alemania que en Chile y en éste es dos veces mayor que en Egipto.

Los elevados índices de desempleo dejaron a enormes masas de trabajadores sin el sustento mínimo para ellos y sus grupos familiares, por lo que se registró en los últimos quince años una fuerte precarización laboral, caracterizada por el aumento del trabajo informal o “en negro”, el incremento de la jornada laboral, la caída de los salarios, el aumento del trabajo infantil y la inestabilidad laboral, entre otros factores. 

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