La sociedad del Antiguo Régimen se caracterizó por ser estamental. El estamento era la forma de organizar y dividir a la sociedad. Esto quiere decir que la posición que un individuo ocupara dentro de la sociedad estaba dada por nacimiento y, por lo tanto, dificultaba e incluso impedía la movilidad social (aunque existían algunas estrategias de ascenso social, éstas eran muy limitadas). Dicho en otras palabras, cada hombre o mujer nacía, vivía y moría dentro de un estamento que determinaba su lugar en la sociedad, lo cual le otorgaba o negaba ventajas y privilegios. Si una persona pertenecía al pequeño grupo de los privilegiados (nobleza y alto clero), gozaba de cargos en el Estado, exenciones de impuestos, fuerza social y política. Pero si nacía entre los no privilegiados (campesinos, burgueses, plebe urbana, bajo clero, artesanos, asalariados urbanos), se vería sometido toda su vida al control y dominación de los privilegiados.
La sociedad tenía una estructura jerárquica y piramidal, donde la cabeza era el rey, le seguía la nobleza, luego el alto clero y, finalmente, en la base de la sociedad estaba la pequeña burguesía, el campesinado, los artesanos, el bajo clero y la plebe urbana, los que constituían más del 90% de la población. Al no tener privilegios debían pagar impuestos y mantener al resto de los estamentos que conformaban la estructura social.