Entre 1789 y 1848 se produce otra de las grandes transformaciones de la dinámica historia de la Humanidad, desde la domesticación de plantas y animales, la invención de la escritura y el desarrollo de las ciudades, el comercio y el Estado.
Las transformaciones se iniciaron a partir de dos procesos históricos, que ocurren en forma simultánea, principalmente en el noroeste de Europa: la Revolución Industrial y la Revolución Francesa.
Como consecuencia del impulso de la nueva economía industrial inglesa, la rápida difusión de las ideas liberales y las nuevas formas de organización política de las sociedades, originadas durante la Revolución Francesa, el escenario de las “transformaciones” se va extendiendo, lentamente, al mundo entero.
Comienza a desarrollarse una nueva etapa en el proceso de expansión capitalista, sobretodo expansión europea, que había comenzado a intensificarse hacia finales del siglo XV con la Conquista de América, y su posterior colonización.
A lo largo del siglo XIX, los modelos económicos, políticos, sociales y culturales europeos irán configurando características de la Edad Contemporánea.
Ésta puede ser dividida en dos etapas:
- Desde el año 1776 hasta 1870. Durante los primeros años de este período se desatan grandes revoluciones. Industrial, por un lado; y Francesa en 1789, 1820, 1830, 1848 y que culminan en 1871 (Comuna de París) y el final de la Guerra Franco – Prusiana.
- Entre 1871 y 1914 se presenta un período de relativa paz, donde se promueven las relaciones y comunicación entre los países, y la hegemonía sobre las respectivas colonias. Luego del 1914 comienza uno de los períodos bélicos más importante de la historia, con la llamada Gran Guerra, o primera guerra mundial.
¿Qué es una revolución? Según la Real Academia Española, es la acción y efecto de revolver o revolverse; cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional; Levantamiento o sublevación popular.